miércoles, 1 de mayo de 2013

¡¿A LA FERIA?!


A diario paso junto al Real de la Feria. Desde hace un par de meses que pusieron los primeros hierros de las casetas, hasta hoy, que ya está la noria presidiendo los “cacharritos” y han descargado las sillas de los bares, he observado el montaje de la misma. Y son pena, escepticismo y falsedad , los sentimientos que me acompañan.
¿Qué ganas de feria tienen los 37.200 parados de Jerez y sus familias? ¿Cómo darle coba a un niño para no llevarlo? ¿Y la débil esperanza de los feriantes?
Quedaron muy lejos los años en que esperaba esta fecha contando día a día. Muy atrás, el llevarme una semana insistiendo para que me dejaran volver una hora más tarde. Y recuerdo el placer de la primera vez que salí de allí al amanecer, mientras los altavoces de las casetas seguían preguntando “¿qué será lo que quiere el negro?”
Ahora, no me apetece nada pasar por la cruda realidad,como la furgoneta de los desafortunados rumanos cuyos niños, los mismo juegan, defecan, que se  asean junto a ella, habiendo un campamento de feriantes, ni cruzar una multitud de inmigrantes y españoles, más o menos necesitados, que duermen unas horitas en unos puestos donde muchos paran y pocos compran, para llegar al albero, donde políticos de pacotilla muestran sus falsas sonrisas, se hacen fotos y cierran acuerdos, a veces con beso, caiga quien caiga. No me entusiasma el paseo de caballos en una ciudad donde ¿quién tiene un caballo?
O los tiempos han cambiado, o los lunares de mi traje tienen poco que contarme, o ambas cosas. En fin, como siempre, que si viene familia, que los amigos, que quedamos  un día, que ya que estamos aquí otro bailecito, que la última, que vamos…que nos veremos en el Real.
 Y volveré antes de de que los negros cercanos digan lo que quieren y aumente nuestra impotencia.
P.D.: Políticos: si no sabéis beber, quedaros en casa. Ya metéis la pata bastante el resto del año, para  gestar  asuntos ilegales, arbitrarios o poco convenientes para los inocentes ciudadanos en la feria.