¡He cobrado la extra de Navidad! Empecé a trabajar muy joven
y después de muchos años, es la primera vez en que soy consciente de que mi
paga de Navidad es algo extraordinario. Sí, esa que el dictador instauró para
que los españoles hicieran lo propio en estas fechas y hace poco se dictó su
anulación en nombre de la democracia.
Mi primer pensamiento al recibirla fue para mi familia. Ninguno de ellos la cobra. Después pensé en la familia de quienes se la han
robado a los míos. Ni más ni menos que delincuentes. Tuve un deseo preciso y contundente para ellos.
Y por primera vez la voy a emplear deliberadamente,
en parte, en gastos extraordinarios, a ser posible, placenteros. Aunque cada mañana al despertar haya algo que
nos haga olvidar que estamos aquí para ser felices, intentaré recordarlo en
algunos momentos.
Otra parte irá a hacer un regalo a algunos que nos hacen la
vida más fácil. También a quienes necesitan ayuda. De aquí o allá. Hoy me ha llegado la
cartita anual de la Asociación Amigos de los Leprosos. ¡Si, existen! Los he
visto. Están ahí, un poco más abajo, en África. Muchas ONGs
también saben que ya el recibir ayuda es un hecho extraordinario.
Y levantaré mi copa para brindar con vosotros, los que
tenéis la amabilidad de leerme. Los que, algunos sin conocerme, me habéis hecho
sonreír alguna vez este año, o me habéis contado vuestras inquietudes y
alegrías. Eso sí, con vino de Jerez. Los hay para todos los gustos: generosos, blancos,
tintos, dulces... Todos exquisitos.
¡Salud, amigos!
Madonna Litta. Leonardo da Vinci
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