Ocurrió esta mañana.
Llegué a la estación de Metro camino del trabajo y había en el andén una
aglomeración extraña. Al acercarme, el gentío abrió paso a una camilla que era
llevada por varios sanitarios del servicio de emergencias, en la que iba un
señor intubado.
Pero lo que
más llamaba la atención de esa imagen era un niño, de no más de nueve años, con
una mochila a la espalda, que se agitaba y corría alrededor de la camilla,
preguntando sin respuesta: “abuelo, abuelo ¿cómo estás?, ¡oiga! ¿se va a curar
mi abuelo?”
Lo reconocí.
Los había visto muchas veces juntos en el parque infantil de mi barrio, o caminando
deprisa hacia la escuela, incluso en el centro de salud. Curiosamente, alguna
vez me he preguntado: ¿quién acompaña a quién?
N. de R.: Esta vez no tuve que inventar, sólo contar lo ocurrido.
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