jueves, 10 de mayo de 2012

24 HORAS DE UN CLAVEL


La vendedora llegó temprano a la feria de Jerez cargada de claveles.  Manuel, un jovencito que iba por primera vez con su novia, le compró uno rojo. Carmen se lo puso en el pelo y él le dijo: -Así me gusta, una flor que porta otra flor. Y brindaron con "rebujito".
Cuando estuvieron en la calle del infierno, desde lo más alto de uno de los “cacharritos”, el clavel salió volando y lo cogió Jesús, ofreciéndoselo a Ana, la secretaria de la empresa, que se lo colocó en el escote y que después  de varias horas  de fino y feria, bailaba con verdadero sentimiento y movía los volantes con  pasión.  El la piropeaba y le pedía el clavel como recuerdo de ese día especial. En uno de los lances de la sevillana y exhibiendo un pase torero, se apoderó de él y lo guardó en el bolsillo.
A la mañana siguiente, su mujer antes de lavar el pantalón, lo tiró mustio y oliendo a vino, con un gesto de desprecio.

2 comentarios:

Evaristo dijo...

¡Muy bueno, Carmen! Y con mucha narratividad, como dice el "profe".

Arropía Microrrelatos dijo...

Muuuuchas gracias. Para eso están los amigos, para animar.
Tú sí que vales.