sábado, 2 de febrero de 2013

NO ME LO DIGAS DOS VECES


La ilusión y la inquietud acompañaban su camino. Aún recordaba las palabras de ella,  vacilantes, pero cálidas: “… Estoy archivando fotos en el ordenador. Acabo de pasar las de la comida de empresa y el curso que hicimos en Alicante. Estaba pensando que si te animas, te invito a un café y las vemos juntos…”
Estaba seguro, siente lo mismo que yo, -se decía-. Después de tantos años adorándola, ha llegado el momento. Ella ha sido prudente, ha esperado a divorciarse antes de empezar algo conmigo…Habrá llevado al niño con los abuelos para que estemos tranquilos…
Cuando se abrió la puerta de la casa, vio al hijo:
-¡Ejem!… ¡Hola Luisito! ¡Qué alto estás, campeón! ¿Y tu madre?
-Hola. Me ha dicho que pases, que ha ido a comprar algo para merendar. Oye, Antonio ¿tú eres informático los fines de semana?
-¿Yo?, no ¿por qué?
-Sí lo eres. Mi madre ha dicho que el único que podría arreglarnos el ordenador hoy sábado sería Antonio

 

Corrada del Obispo. Eduardo Urculo.

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