Hay personas, que las conoces del colegio, del barrio, o
de la casa de tus abuelos y que en ocasiones
te van recordando que están ahí llevando una vida paralela a la tuya.
Puede que hayas compartido juego con alguna, pero no
recuerdas sus nombres ni si alguna
vez existió alguna conversación entre
vosotros.
Te cruzabas con algunas en el Instituto , habéis
coincidido en algún bar, fiesta o una caseta de feria, o viendo la procesión de tu barrio, o cuando
fue a una gestión a tu oficina, o simplemente de tarde en tarde por la calle.
Sabes con quienes se han casado o vuelto a casar y los niños
que han tenido.
A veces las ve en una fiesta de fin de curso del colegio
de tus hijos, o llevando a los suyos al mismo espectáculo o fiesta donde vas
con los tuyos.
Más tarde, están en la estación, igual que tú, despidiendo a los chicos que estudian fuera.
Un día, te las encuentras en la boda o el entierro de un
allegado común, os miráis y descubres la huella del tiempo en su semblante y
adviertes que por ti han pasado los mismos años.
Otra vez os habéis encontrado en el Hospital, acompañando
a vuestro padre o madre.
Hoy te has encontrado a uno de esos antiguos chicos del
barrio en un geriátrico, estabais de
visita y por primera vez en tu vida has hablado con él. Has empujado una silla
de ruedas hacía él, porque vuestros familiares, también se conocían desde niños
y querían saludarse.
Al salir, y darte el aire fresco en la cara, te has dicho con desagrado: “ya sé dónde coincidiremos dentro unos años”
1 comentario:
Mucho mejor que la versión que presentaste en el Taller. Felicidades.
J.M.
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