Un título de licenciado universitario, un doctorado, un
máster, dos idiomas, un ordenador portátil, unos libros y CDs, ropa, un buen
anorak, algo de embutidos y conservas, encerraba el joven en su maleta. Unos
padres, dos hermanos menores, una novia, un grupo de amigos, un barrio, un club, un sol radiante
quedaban atrás. Cuando llegó a aquella ciudad centroeuropea, la noche resaltó el
frio y la soledad que le esperaban, reflejándose en su cara. Su
compañero de asiento, con el que había intercambiado algunas frases le dijo, a
modo de despedida:
-Ánimo, hijo, mi padre vino con una maleta de cartón casi
vacía y encontró un futuro, tú tendrás suerte.
Berlín. Vista panorámica y Catedral. Ernest Descals
1 comentario:
Como nos vemos todos reflejados en esa angustia....
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