miércoles, 11 de abril de 2012

LA VISITADORA

¡Ahí viene, ya llega! ¡Qué guapa es! Tiene los  ojos más grandes y más profundos que he visto, una boca perfecta y un pelo negro azabache que enmarca su bonita cara. Y, además, un tipazo. Quizás sea un poco más alta que yo. Es una satisfacción verla cada día.
Se sienta a mi lado y hablamos, a veces de naderías, a veces en serio y a veces callamos. También paseamos un buen rato, no me importa que estemos en silencio. Pero,  a menudo sin esperarlo, mira el reloj y se marcha.
¡Lástima!, a la mujer más guapa y quizás la más joven que he tenido a mi lado, tengo que pagarle... Bueno, mis hijos le pagan también una parte, para que venga al geriátrico a visitarme, me pasee en mi silla de ruedas y me ayude si tengo algún problema, pues ellos trabajan fuera.


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