domingo, 22 de diciembre de 2013

OIGO VOCES.-

Hay un murmullo en tu casa, donde antes merodeaba el silencio. Es agradable, como la mejor melodía. Te llega al corazón y te alegra hasta el semblante. Son tus hijas. Han llegado y desde que se han encontrado no paran de hablar

viernes, 20 de diciembre de 2013

LA PAGA.-


¡He cobrado la extra de Navidad! Empecé a trabajar muy joven y después de muchos años, es la primera vez en que soy consciente de que mi paga de Navidad es algo extraordinario. Sí, esa que el dictador instauró para que los españoles hicieran lo propio en estas fechas y hace poco se dictó su anulación en nombre de la democracia.
Mi primer pensamiento al recibirla fue para mi familia. Ninguno de ellos la cobra. Después pensé en la familia de quienes se la han robado a los míos. Ni más ni menos que delincuentes. Tuve un deseo preciso y contundente para ellos.
Y por primera vez la voy a emplear deliberadamente, en parte, en gastos extraordinarios, a ser posible, placenteros.  Aunque cada mañana al despertar haya algo que nos haga olvidar que estamos aquí para ser felices, intentaré recordarlo en algunos momentos.
Otra parte irá a hacer un regalo a algunos que nos hacen la vida más fácil. También a quienes  necesitan ayuda. De aquí o allá. Hoy me ha llegado la cartita anual de la Asociación Amigos de los Leprosos. ¡Si, existen! Los he visto. Están ahí, un poco más abajo, en África.  Muchas  ONGs  también saben que ya el recibir ayuda es un hecho extraordinario.
Y levantaré mi copa para brindar con vosotros, los que tenéis la amabilidad de leerme. Los que, algunos sin conocerme, me habéis hecho sonreír alguna vez este año, o me habéis contado vuestras inquietudes y alegrías. Eso sí, con vino de Jerez. Los hay para todos los gustos: generosos, blancos, tintos, dulces... Todos exquisitos.
¡Salud,  amigos!    
           Madonna Litta. Leonardo da Vinci

sábado, 16 de noviembre de 2013

LA ULTIMA COPA.-


Cuando llegó a la casa, todo estaba tal como lo había dejado. El padre de su hija habría  recogido a la niña esa mañana, le tocaba pasar el día con él.  Pero, al entrar en el salón, vio una copa con un resto de brandy , era de aquella botella que ella le regaló a su entonces marido, tras un congreso en Jerez. De vez en cuando encontraba una copa así sobre la mesa. Era la forma que él tenía de decirle que no había salido de su vida, ni de su hogar, que entraba allí cuando quería.

Con el propósito de que no volviera  a ocurrir,  dejó la botella en el suelo de la cocina en espera de otro destino. Al día siguiente, el gato  deambulaba con los ojos vidriosos junto a  un reguero ambarino que salía de la botella rota.

 

jueves, 3 de octubre de 2013

ESPERANDO EL TREN.-


Estaba sentada, o mejor,  agachada sobre la vía, en posición fetal, con la cabeza entre las manos y un bolso a su lado. Nos habíamos quedado los últimos en el andén consultando un mapa. Al girar la cabeza la vi. Tuve que asimilar rápidamente la sorprendente pero evidente intención de aquella mujer que estaba al otro lado, en el  extremo, casi en el túnel del  Metro. Corrimos hacia ella. Mi acompañante fue a avisar para detener el tren.  Grité y gesticulé cuanto pude: “Quita, quítate de ahí, venga, sube, vamos, vamos, sube, …” Estuvo impasible hasta que llegué a su altura, me miró y se volvió hacia el borde del lado en que estaba. Mientras pasé por las escaleras al otro andén llegaron dos personas que también les tendieron las manos, Pudimos subirla sin dificultad. Llegó más gente.
Parecía exhausta, las pupilas dilatadas, no hablaba, sólo lloraba. Pensé que después de ese trance debía sentir cerca humanidad y hasta que llegaron los sanitarios de emergencia, le hablé mucho, frases como: “tranquila, tranquila, todo puede arreglarse, siempre habrá alguien a quien le importes, ahora me importas a mí, nos importas a nosotros… Siempre puedes encontrar a alguien que te ayude. Puede ser una persona a quien todavía no conoces. Habla, pide ayuda… Además, te importas a ti misma, no lo olvides…” Tomé su mano, acaricié su brazo… Sabía que después sólo la tocarían con guantes de látex.
No me contestó nada. Ni siquiera tengo la  certeza de que oyera y comprendiera mis palabras. Pero yo sí me las creí y sé que lo recordaré en los malos momentos. Recordé después estrofas del poema de J.A Goytisolo a su hija:
“Te sentirás acorralada,      
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Pero tu siempre acuérdate,
de lo que un día yo escribí,
pensando en ti, como ahora pienso.”
He insistido a veces con estos versos, cantados por Paco Ibáñez, queriendo que los míos los tengan presentes cuando les llegue el desánimo, pero ahora, no mejorando al autor, sino haciendo el mensaje más personal les diría: “tú siempre acuérdate de lo que un día  yo dije, pensando en ti “, porque “tú” eres esa mujer  o cualquier otra persona a la que en un momento dado le parezca que el equipaje de sus vivencias  es tan pesado que no puede subirlo al tren.
 

domingo, 25 de agosto de 2013

AGRIDULCE.-


Juan la acompañó  hasta el trabajo, la besó y se quedó parado, observándola con deleite, mientras subía la escalinata del edificio. Está guapa –pensó- , qué bien le sienta ese traje rojo y con qué gracia domina los tacones al andar...
Entonces se cruzó con ella un hombre que salía, éste la miró con atención y seguidamente volvió la cabeza para contemplarla. Al percatarse de la presencia de Juan, le hizo un gesto de complicidad y él, volviéndose, se fue lleno de orgullo, que se disipó al recordar que ni siquiera sabía cuándo volvería a verla.
Mujer subiendo escaleras. Bassari
 

viernes, 23 de agosto de 2013

ERROR EN LAS PREVISIONES.-


La contadora de relatos creyó totalmente la noticia de que el verano de 2013 no haría calor. Se hizo eco de la misma, escribió sobre ello y se preparó para el fresquito que estaba por llegar.
Dos meses después, fue hallada inconsciente en su domicilio, con las constantes vitales en las cifras mínimas y rodeada de un charco de sudor.

Parece que se recuperó totalmente, no se sabe si con alguna secuela, pues ahora pasa horas contemplando imágenes  de paisajes marinos.

N.de la autora: En agradecimiento a los lectores que me han pedido algún relatito este verano.

                                                    Archipiélago de la Maddalena. Cerdeña.

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lunes, 24 de junio de 2013

BALADA PARA DOS LOCOS.-


Recuerdo aquella tarde en que, mientras el profesor corregía a un compañero, miré por la ventana y vi la torre de S. Miguel. Siempre me había atraído su chapitel, de geometría blanca y azul, que brillaba ante mis ojos. En un momento en que nos miramos te dije: "vení, volá". De la mano, nos escapamos y rápidamente, llegamos hasta ella, dejando a todos abajo. Volamos por los alrededores y tú me sujetabas con fuerza, para que no me fuera con el viento.  Recogimos los últimos rayos de sol y debajo de nosotros, Jerez empezaba a encender sus luces y a llenar sus terrazas. Vimos a los niños jugar en las plazas de los barrios y sus padres o abuelos sentados en los bancos, mientras nos guiñaban las primeras estrellas. La luna apareció sonriendo viendo a dos locos jugando entre las nubes…
En algún momento, volvimos y entramos cautelosamente, cuando ellos, discutían sobre Heráclito, ignorando que nos habíamos perdido tan interesante debate.
 
 

sábado, 22 de junio de 2013

CUESTIÓN DE FE.-


Los expertos en meteorología han anunciado que este verano de 2013, será el primero desde hace 25 años en que no hará calor.
Mi primer pensamiento fue para las miles de personas que encuentran en las playas y el veraneo su “modus vivendi”, muchas, dado que España se ha quedado para el sector servicios, más cerca quizás de la servidumbre. Recordé a los trabajadores de los chiringuitos; a  los padres de familia que, con el auge de la hostelería en los meses de verano, obtienen casi el único sustento en todo el año para los suyos; estudiantes que, ya sea como socorrista o vendedor de refrescos y helados, consiguen pagar la cada vez más cara matricula de su universidad. También pensé  en  aquellas familias que alquilan su vivienda cercana al mar y cuyo dinero es un gran alivio para  los males domésticos.
Pero al poco, me asaltó un irreprimible sentimiento egoísta y me imaginé llegando a una playa donde no tendría que dar diez vueltas antes de aparcar, ni soltar un euro para el gorrilla. Tampoco vendría nadie a clavar su sombrilla, cual bandera en terreno conquistado, junto a mi toalla. Ni me despertarían unos gritos reclamando a algún niño que saliese del agua. Podríamos comer las sardinas  en  la barra del bar sin que ningún brazo sudoroso tropezase con nuestra espalda. En resumen, disfrutaríamos  tranquilamente de la playa a la vez que se gastaría menos agua en duchas refrescantes y menos electricidad en aire acondicionado, cuyas facturas están en alza. También podríamos lucir chaquetas de verano, jerseys de hilo y zapatos que el calor no nos permite, sometiéndonos a  ver o vestir híbridos entre ropa de baño y calle, de pésima estética.
Bien mirado, esto del fresquito tiene sus ventajas.  El sector de los libros y discos, por ejemplo, podría vender más, porque la gente se quedaría más en su casa, o iría a los cines. Las tiendas de artesanía, manualidades  y bricolaje también harían más negocio, entre otros. El turismo se repartiría entre costa e interior y todos pillarían un poco de los gastos en vacaciones.
Definitivamente, prefiero un verano sin calor. Pero  es sabido que éstos del tiempo no aciertan nunca y ya están subiendo las temperaturas, así que haré como  Bañez, la ministra de empleo, que ante su incompetencia , no dimite, le pide ayuda a la Virgen del Rocío . Así que yo he decidido elevar mi plegaria, para que no haga mucho calor. Total, el sol, las nubes y los astros, están más cerca del Cielo que los trabajos
 
 
Niñas en el mar. Sorolla. 1909



 

domingo, 2 de junio de 2013

TESTIGOS MUDOS.-


Hay personas, que las conoces del colegio, del barrio, o de la casa de tus abuelos y que en ocasiones  te van recordando que están ahí llevando una vida paralela a la tuya.
Puede que hayas compartido juego con alguna, pero no recuerdas sus nombres ni  si alguna vez  existió alguna conversación entre vosotros.
Te cruzabas con algunas en el Instituto , habéis coincidido en algún bar, fiesta o una caseta de feria,  o viendo la procesión de tu barrio, o cuando fue a una gestión a tu oficina, o simplemente de tarde en tarde por la calle.
Sabes con quienes se han casado o vuelto a casar y los niños que han tenido.
A veces las ve en una fiesta de fin de curso del colegio de tus hijos, o llevando a los suyos al mismo espectáculo o fiesta donde vas con los tuyos.
Más tarde, están en la estación, igual que tú,  despidiendo a los chicos que estudian fuera.
Un día, te las encuentras en la boda o el entierro de un allegado común, os miráis y descubres la huella del tiempo en su semblante y adviertes que por ti han pasado los mismos años.
Otra vez os habéis encontrado en el Hospital, acompañando a vuestro padre o madre.
 
Hoy te has encontrado a uno de esos antiguos chicos del barrio en un geriátrico, estabais  de visita y por primera vez en tu vida has hablado con él. Has empujado una silla de ruedas hacía él, porque vuestros familiares, también se conocían desde niños y querían saludarse.
Al salir, y darte el aire fresco en la cara, te has dicho con desagrado: “ya sé dónde coincidiremos dentro unos años”
 
El Salón de Baile en Arlés. Vincent van Gogh, 1888. Museo D'Orsay

 

miércoles, 1 de mayo de 2013

¡¿A LA FERIA?!


A diario paso junto al Real de la Feria. Desde hace un par de meses que pusieron los primeros hierros de las casetas, hasta hoy, que ya está la noria presidiendo los “cacharritos” y han descargado las sillas de los bares, he observado el montaje de la misma. Y son pena, escepticismo y falsedad , los sentimientos que me acompañan.
¿Qué ganas de feria tienen los 37.200 parados de Jerez y sus familias? ¿Cómo darle coba a un niño para no llevarlo? ¿Y la débil esperanza de los feriantes?
Quedaron muy lejos los años en que esperaba esta fecha contando día a día. Muy atrás, el llevarme una semana insistiendo para que me dejaran volver una hora más tarde. Y recuerdo el placer de la primera vez que salí de allí al amanecer, mientras los altavoces de las casetas seguían preguntando “¿qué será lo que quiere el negro?”
Ahora, no me apetece nada pasar por la cruda realidad,como la furgoneta de los desafortunados rumanos cuyos niños, los mismo juegan, defecan, que se  asean junto a ella, habiendo un campamento de feriantes, ni cruzar una multitud de inmigrantes y españoles, más o menos necesitados, que duermen unas horitas en unos puestos donde muchos paran y pocos compran, para llegar al albero, donde políticos de pacotilla muestran sus falsas sonrisas, se hacen fotos y cierran acuerdos, a veces con beso, caiga quien caiga. No me entusiasma el paseo de caballos en una ciudad donde ¿quién tiene un caballo?
O los tiempos han cambiado, o los lunares de mi traje tienen poco que contarme, o ambas cosas. En fin, como siempre, que si viene familia, que los amigos, que quedamos  un día, que ya que estamos aquí otro bailecito, que la última, que vamos…que nos veremos en el Real.
 Y volveré antes de de que los negros cercanos digan lo que quieren y aumente nuestra impotencia.
P.D.: Políticos: si no sabéis beber, quedaros en casa. Ya metéis la pata bastante el resto del año, para  gestar  asuntos ilegales, arbitrarios o poco convenientes para los inocentes ciudadanos en la feria.
  

viernes, 29 de marzo de 2013

¡QUÉ RICAS!


Y tan simples: Pan duro, leche, azúcar, vino, huevos, miel, cariño de madre, bullicio en la cocina, mezcla de olores de aceite y miel calientes, no te las coma todavía, espera que se enfríen.
La primera vez que volví a casa, después de horas callejeando tras las procesiones, henchida del olor a incienso, de la música de las  bandas de cornetas y tambores, con la belleza de las imágenes todavía grabadas en la retina, pero eso sí, con los pies  “reventados”, y encontré en la cocina, una bandeja de torrijas recién hechas esperándome, creí  en los milagros.

 
Foto:cocinafacilisimo
 

miércoles, 20 de marzo de 2013

LA PRIMAVERA HA LLEGADO

¡Ya es primavera! Me dí cuenta esta mañana, cuando la ví llegar despojada de su habitual jersey de cuello vuelto. Llevaba un suave escote que sólo me deja adivinar, pero me gusta. No puedo evitar sentir cierta inquietud cuando llega esta época del año y las mujeres empiezan a dejar ropa en los armarios y a ignorar algunos botones de sus camisas. Se me van los ojos del azahar a las transeúntes, definitivamente, en primavera, prefiero las transeúntes a las flores.
Ella también había cambiado sus pantalones por las medias. Estas son a las piernas como el estuche a la sortija o el papel de celofán al ramo de flores, su envoltorio imprescindible. Pienso que las piernas de una mujer son una invitación y un regalo para los sentidos y yo, los regalos, los prefiero envueltos.

Mujer con sombrilla. Monet. 1886

sábado, 16 de marzo de 2013

SE QUERÍAN

Ellos se besaron apasionadamente, como siempre. Se amaron con el ímpetu y la ilusión del primer año de casados, como siempre. El la acarició suavemente, dejó la mano sobre su vientre, sin sospechar la incipiente preñez y se durmió sin advertir la maleta que alguien había puesto bajo la cama.
Al día siguiente, cuando el volvió del trabajo, tan sólo unos zapatos de tacón abandonados en el dormitorio, aquellos zapatos que tanto ruido hacían, hacían suponer que allí había vivido una mujer.
Recibió una llamada de teléfono, era un abogado.


viernes, 22 de febrero de 2013

EL CARNAVAL LLEGA Y SE VA.-


Recogí apresuradamente las caretas y los trabajos de carnaval que estaban haciendo mis alumnos y a la hora del recreo me fui al hospital con fundadas sospechas de que querías adelantar tu llegada a este mundo. Ya de madrugada me avisaste, pero esperé por si era una falsa alarma, y no fastidiar a nadie.
La abuela, en Cádiz, preguntaba si te habías decidido, para llevar a tu hermana al carrusel de coros o esperar a que la recogiera papá, pero no hubo dudas, en cuatro horas me encontré con tu preciosa cara.
Siempre me gustó decirte que, nacer en carnaval te había impregnado de un ingenio y humor, de los que muchas veces has hecho gala y conseguido premios con tus disfraces.

Y como naciste siendo la pequeña, siempre tuviste quien te llevara de la mano y a quien seguir, hasta que el almanaque marcó el momento de pedirte respuestas para las que tienes que explotar el ingenio, la agudeza y por supuesto, el humor.
¡Feliz cumpleaños, amor!

 

jueves, 14 de febrero de 2013

VIVIANA


La recogí en la estación de Jerez. Venía desde Argentina y hasta hace poco tiempo desconocía su existencia.
Al verla, advertí algún rasgo que me resultaba familiar. Le mostré una foto muy antigua y tenía otra igual. Cuando le ofrecí consomé, me dijo que era “puchero”. Me comentó que le gustaba el gazpacho, También me habló de Camarón y Caracol y tarareamos a Serrat. La vi comprar las tortas de aceite que se consumían en mi casa. Descubrimos que nuestros abuelos habían muerto de la misma enfermedad...
¡Qué grande son los genes y qué profundas las raíces!
Compartiment C, voiture 293. Edward Hopper. 1938

sábado, 2 de febrero de 2013

NO ME LO DIGAS DOS VECES


La ilusión y la inquietud acompañaban su camino. Aún recordaba las palabras de ella,  vacilantes, pero cálidas: “… Estoy archivando fotos en el ordenador. Acabo de pasar las de la comida de empresa y el curso que hicimos en Alicante. Estaba pensando que si te animas, te invito a un café y las vemos juntos…”
Estaba seguro, siente lo mismo que yo, -se decía-. Después de tantos años adorándola, ha llegado el momento. Ella ha sido prudente, ha esperado a divorciarse antes de empezar algo conmigo…Habrá llevado al niño con los abuelos para que estemos tranquilos…
Cuando se abrió la puerta de la casa, vio al hijo:
-¡Ejem!… ¡Hola Luisito! ¡Qué alto estás, campeón! ¿Y tu madre?
-Hola. Me ha dicho que pases, que ha ido a comprar algo para merendar. Oye, Antonio ¿tú eres informático los fines de semana?
-¿Yo?, no ¿por qué?
-Sí lo eres. Mi madre ha dicho que el único que podría arreglarnos el ordenador hoy sábado sería Antonio

 

Corrada del Obispo. Eduardo Urculo.

sábado, 19 de enero de 2013

AMIGOS HASTA LA MUERTE


Aquel 21 de Enero yo había quedado con Elsa en el apartamento de Cádiz, junto al Paseo Marítimo, para decidir el futuro de nuestra relación. Llegué por la tarde,  no quería ser visto por los vecinos, pero coincidí en el ascensor con dos chicos que parecían estudiantes, estarian de alquiler y serían de los pocos que vivian allí en invierno. Uno le pedía al otro que le ayudara con algo que tenia que montar.
Elsa no llegó, y cuando intenté dormir, no me lo permitieron la inquietud ni los ruidos de algún vecino. Pasé horas fumando junto a la ventana, aún tenía la esperanza de que apareciese en algún momento y todavía de madrugada vi a uno de los chicos salir con ropa deportiva y una mochila a correr. También lo vi entrar, oí puertas, mover muebles y vuelta a salir con la mochila a correr. Quise subir a partirle la cara y descargar en él mi ira, pero no estaba totalmente seguro de cuál era su piso y no debía hacerme notar. Cuando bajé por tabaco, casi amaneciendo, el imbécil, con la misma pinta, tomó un taxi.
Unos dias después, mi mujer, horrorizada, me mostró  un periódico: El pasado día 21 en el edificio de nuestro apartamento de Cádiz, José Juan, un estudiante de medicina,  había golpeado en la cabeza con la pata de una mesa rellena de arena a Javier, su mejor amigo, tras taparle los ojos con la excusa de probar el sonido del equipo de música. Seguidamente lo acuchilló hasta matarle. Lo descuartizó y esa madrugada lo transportó en una mochila, en varios viajes, hasta unas obras en el espigón de la Punta  de S. Felipe.  Conservó las manos en formol y envió una carta a los padres pidiendo doce millones de pesetas (72.000 euros) como rescate de su hijo supuestamente secuestrado.
Tardé en reponerme. Aquella noche de 1989, Javier perdió la vida, el asesino perdió a su mejor amigo; el prestigioso arquitecto que diseñó nuestro edificio y su mujer, perdieron un hijo. Y yo, perdí a Elsa. Afortunadamente, nadie me citó sobre el caso, hubiera perdido también a mi mujer.


El Grito. Edvard Munch. 1893


martes, 1 de enero de 2013

AÑO NUEVO, VIDA NUEVA.


Estando sentada en la sala de espera pasó una doctora a la que hacía tiempo que no veía. Parecía ajetreada, buscando pruebas o algo de un paciente que debería tener un problema. Advertí que llevaba el pelo muy muy cortito y recordé que la última vez que oí un comentario sobre ella fue en un tono preocupante. Estaba guapa y derrochaba actividad, como siempre.
Cuando veo a una de estas mujeres, en su trabajo, llevando los niños al colegio, en el cine, etc., me imagino que llevan sobre su cabeza un surtidor invisible que nos va rociando de gotitas, con mensajes que nos dicen: “lo vencí”, “se puede”,  “hay solución”.
Al rato volvió a pasar con su paciente, parece que le resolvió el problema y creo que también a alguno de los que allí estábamos.
Frederic Bazille. El vestido rosa. 1864